lunes, 2 de agosto de 2010

Reestructuración de Rutas AMA

El mes pasado inició la primera fase de reestructuración de rutas de la Autoridad Metropolitana de Autobuses con la promesa de acortar los tiempos de espera y de viajes en transporte público y aumentar la frecuencia de los autobuses. Esta primera fase impactará primordialmente al Municipio de Carolina.

¿Puede esta nueva reestructuración, una vez implantada en todas sus fases, resolver los problemas de movilidad en la Región Metropolitana? Esto sería una meta ambiciosa a largo plazo. Lo que habría que preguntarnos es si esta iniciativa por lo menos rescatará a los usuarios que ha estado perdiendo el autobús y que si esto representará un aumento significativo en los usuarios del tren. ¿Implicaría esto comenzar a hablar, en el vox populi y desde las instancias gubernamentales, de los usuarios “del sistema de transporte público”?

Lo cierto es que, haciendo un análisis del sistema urbano por donde transcurren las rutas de la AMA, pocas esperanzas hay en que esta iniciativa tenga resultados tangibles. No le quitamos el mérito a las eficiencias operacionales que pudiera tener esta primera fase y las que vendrán, que en todo caso se evaluará más adelante habiendo tenido un espacio de tiempo razonable en funcionamiento para evaluar la data de patrocinio. Para realmente impactar la transportación colectiva en la región metropolitana de San Juan es necesaria la implantación de una política urbana que considere los siguientes factores:

1. Plan de Usos de Terrenos que ayude a densificar (poblar) los núcleos urbanos y organice la actividad económica facilitando la conexión de lugares de vivienda, trabajo y actividades comerciales y sociales. En esto debe intervenir el nivel municipal de gobierno ya que los grandes pueblos de la región metropolitana son municipios autónomos como San Juan, Bayamón y Carolina. Esta es la base de un sistema de transporte ya que define los destinos y los organiza para que el movimiento de personas se realice de la manera más eficiente.


2. Carriles exclusivos para el transporte colectivo. Las avenidas principales y calles que conectan con núcleos comerciales y residenciales deben darle prioridad a los vehículos de transporte colectivo (autobuses, minibuses, etc) y no ponerlos a competir con el vehículo individual como sucede actualmente. La AMA siempre llegará tarde, primordialmente, porque tiene que pasar por las mimas carreteras que los miles de carros. Esto sin hablar que el impacto en mantenimiento que tienen las deterioradas calles (hoyos, grietas, zanjas, bultos, etc.) tiene un impacto mayor en un vehículo más pesado. Además el impacto multiplicador es devastador cuando hay que sacar una guagua averiada por averías causadas por las anomalías en la calle, muchas personas se quedan varadas.


3. Sistema de transporte multimodal que considere no sólo el vehículo (como el tren, autobús, etc.) sino también otros medios de transporte no-motorizados como la bicicleta. Tener una infraestructura de aceras, con árboles que den sombra, drenajes, y espaciosas son vitales. Este es otro problema del sistema de transporte colectivo en la región metropolitana y de los sistemas rurales como carros públicos. El simple hecho de no poder acceder caminando, uno de las actividades que nos caracteriza como seres evolucionados, a la parada de guagua o a la estación del tren, no sólo hace la espera irritante, sino también peligrosa. Uno de los próximos artículos se dedicará a documentar esas “paradas” en las que es simplemente absurdo que un ser humano llegue a ella de manera civilizada y segura.

Obviamente por multimodal también me refiero a que el sistema de transporte contemple el uso de varios medios de transporte. La AMA, o cualquier otro sistema municipal, puede intervenir en otros escenarios urbanos más eficientemente con vehículos más pequeños. Bien lo demuestra el caso de SITRAC en Carolina. Para esto el sistema de transporte no sólo debe considerar la multimodalidad en términos de infraestructura, sino también en términos organizacionales. Bien un sistema podría tener operadores diferentes que se especialicen en medios de transporte específicos, pero que estén integrados en una misma estructura de servicio y de coordinación de política pública.

4. Sistema tarifario integrado y económicamente justo. Se ha intentado que el usuario del sistema de transporte metropolitano use la tarjeta (tradicionalmente “la tarjetita del tren”). Esto es eficiente ya que permite integrar el costo de las tarifas por viajes en los diferentes modos permitiendo que usted use el tren y otro sistema (en nuestro caso la guagua) y también, he aquí lo más importante, facilita el control financiero de la operación. Otro de los elementos que deben considerarse en este renglón y que no es sino hasta en los últimos años que se ha implantado, es que el diseño del sistema tarifario compense al usuario frecuente, haciendo más atractivo y barato usar el transporte colectivo. Para esto, no solo hay que integrar la tecnología existente (máquinas, programados, etc) sino que hay que ubicar maquinas de estipendio de tarjetas también en los terminales de autobuses.

5. Por último, uno de los factores más importantes, es la educación. Además de los esfuerzos de traer más guaguas, hacer carriles exclusivos y expandir el servicio, es necesaria la creación de una cultura que nos vincule con el entorno urbano y con la forma en que nos transportamos. El uso intensivo del automóvil ha desnaturalizado nuestra vinculación con la ciudad y ese proceso hay que revertirlo, más que términos físicos, sino también en el imaginario colectivo. Para crear una cultura de transporte es necesaria que la información de hacia dónde se puede llegar en transporte colectivo esté hasta en las cajas de corn flakes. En esto falla la actual administración ya que, por ejemplo, una página dedicada a que la gente sepa de la AMA y sus rutas, no tiene un simple mapa del sistema. El que existe, luego de husmear en el internet un rato largo es el de las rutas viejas y está en un formato que simplemente no es entendible.

La educación sobre transporte debe estar acompañada por refuerzos de una ética urbana que fomente la eficiencia, evite el desperdicio y el derroche y fomente la integración social.

Falta mucho por caminar, y todavía no hemos hablado de la forma en que se financia el transporte público, factor en el cual hay innumerables oportunidades en Puerto Rico. La Reestructuración de Rutas actual será un comienzo que apoyaremos, pero que es necesario insumar aún más. No pongamos el peso de la responsabilidad en los administradores de la AMA actuales, ni en el gobierno. Esto es un esfuerzo que debemos apoyar todos con acciones simples. TOME LA GUAGUA. Moléstese por el servicio, ayude a otros a entender la que implica transporte “colectivo”, agradézcale al chofer el esfuerzo de llevar y traerlo de manera segura, impulse una transformación desde adentro. Sólo los usuarios pueden hacer eso. Si la población verdaderamente no exige estos cambios, tendremos más de lo mismo.

(El autor, Joaquin Serrano, fue Vicepresidente Ejecutivo de la Autoridad Metropolitana de Autobuses y Ayudante Especial del Director de la Alternativa de Transporte Integrado.)

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