domingo, 12 de febrero de 2012

Transportación en Perspectiva

Las noticias más relevantes en estas últimas semanas han demostrado que cualquiera que esté en el ruedo eleccionario y verdaderamente quiera impactar la calidad de vida de los puertorriqueños, tiene que incluir en su plan qué es lo que va hacer con la transportación. Un sistema de lanchas que incomunica a dos islas municipios, tramos de carretera cuyos peajes le costarán al conductor más de lo que paga en gasolina diariamente, un tren al cual no le encuentran los medios de transporte adecuados para añadirle extensiones que integren a la región metropolitana y el incremento sostenido en el precio de los combustibles, son sólo algunos de los retos a los cuales hay que responder inteligentemente y sin improvisaciones.

Lo grave del problema de la política pública sobre transporte no es la falta de ideas ni de proyectos. Es la ausencia de consistencia y de coherencia con la política de desarrollo urbano y económico. A la larga y a la postre, poco importa si las extensiones del Tren Urbano son autobuses rápidos (BRT’s) o trenes magnéticos. Lo que realmente importa es comprometerse con uno o varios sistemas, integrarlos y, sobre todo, adaptar el desarrollo urbano para que el sistema de transporte funcione. Es hacer lo contrario de lo que hicimos con el Tren Urbano. Que luego del fracatán de dinero que costó, no hay elementos simples como aceras adecuadas para caminar hacia él, vivienda y comercios cerca, ni un sistema eficiente de alimentadoras.

Esa falta de consistencia y coherencia es producto de instituciones politizadas y con visión miope. Mientras el país clama por transporte masivo y colectivo, todavía la prioridad sigue siendo construir carreteras e incentivar el uso del automóvil privado. La clave no es sólo cambiar la visión de la política pública de transporte, sino también las instituciones y el sistema político que las implanta. De otra manera, no podemos seguir pidiéndole peras al olmo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Dando palos a ciegas con la Autoridad de Transporte Marítimo (ATM)

Por: Joaquín Serrano Estrella

La reciente protesta de viequenses y culebrenses exigiendo un servicio de transporte marítimo eficiente ha puesto en aprietos a la administración del Departamento de Transportación y Obras Públicas. Institucionalmente, el DTOP ya no puede atender el problema de la red vial en constante deterioro, ni con un sistema de transportación colectiva terretre eficiente, y ahora se suma la incapacidad de operar el sistema de lanchas metropolitano (Cataño-Hato Rey-Viejo San Juan) ni tampoco el servicio isla (Fajardo-Vieques-Culebras).

Cambio de directores. Intromisión política. Descalabro organizacional. Despilfarro de dinero. Desconocimiento de la operación. Son los males que aquejan a una institución clave para conectar a las islas municipio de Vieques y Culebras con el resto de Puerto Rico. La vista celebrada ayer en la Cámara de Representantes, en donde el Propio Secretario del DTOP fue a repetir las mismas promesas que son imposibles de cumplir, han sido la evidencia más fuerte del descalabro institucional de la ATM.

Nos encontramos redactando un artículo informativo sobre este asunto para el beneficio de nuestros lectores. Mientras tanto, describiremos lo que ha estado sucediendo con imágenes que comunican más que mil palabras.