Por: Joaquín Serrano
El Tren de Caguas puede convertirse en uno de los proyectos emblemáticos de transporte en Puerto Rico. Primero, porque es un sistema de transporte diseñado para responder a un proyecto de desarrollo económico y social que nace de la propia región norte central de la isla. Municipios, comunidades, universidades y empresas privadas han consentido un proyecto abarcador y convincente cuya implantación cae en una institución regional llamada INTECO. Segundo, el proyecto de transporte propuesto integra a los transportistas existentes, ofreciéndoles herramientas que faciliten una transición de un sistema basado en volumen de viajes a uno basado en frecuencias. Este cambio de paradigma implica que el transportista, integrado al sistema, saldrá respondiendo a un itinerario a una ruta trazada (independientemente tenga pasajeros o no) y no como se hace ahora que salen cuando el vehículo obtiene la cantidad de pasajeros razonable para generarle una ganancia en el viaje. Tercero, porque contempla la integración de otros medios de transporte no motorizados como las bicicletas y la construcción de aceras. Cuarto, el financiamiento del proyecto tendrá la intervención del gobierno central, pero depende primordialmente del esfuerzo municipal que contribuirá con más de la mitad del financiamiento cuando sumamos la totalidad del proyecto y sus partes. Puede convertirse en un proyecto emblemático, tanto por la probabilidades de fracaso como por las de éxito.
Recientemente tuve la oportunidad de ver la presentación que sobre este sistema de transporte se ofreció en la Convención del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico. El resumen del proyecto fue ofrecido por el Hon. William Miranda Torres, Alcalde de Caguas. La presentación sobre el sistema Transcriollo estuvo a cargo de la Ing. María burgos Figueroa, el tema del sistema intermunicipal lo hizo el Ing. José M. Izquierdo y la descripción del sistema de tren magnético la hizo el Ing. Anthony Morris de American Maglev Corp. El Ing. José Izquierdo gentilmente nos facilitó la presentación en PDF para que los visitantes y lectores de este blog puedan revisarla también. Está disponible este documento en PDF cuando nos escribes solicitándolo a llegandoa@gmail.com. En resumen este es el proyecto:
Sistema de Tren Magnético para conectar a Caguas y a San Juan. Este sistema conectará a la Región INTECO con la Metropolitana. El punto de conexión será muy cerca de la estación Cupey del Tren Urbano. Al momento de realizar la presentación el Alcalde indicó que estaban en espera de los resultados de un estudio en el cual comparaban los costos del sistema de tren magnético y un sistema de autobuses rápidos (BRT), pero que estaba seguro que la tecnología magnética era la más viable. El costo estimado es de $400 millones para la obra civil, de los cuales se espera que el gobierno central de $200 millones.
Sistema Transcriollo que conectará los puntos más importantes de la Región INTECO y servirá para nutrir de pasajeros al tren magnético (el llamado Tren de Caguas). Este sistema iniciará con la integración de los transportistas públicos actuales en un sistema que evolucionará conforme aumente el patrocinio. Implica que se han reorganizado rutas, creado itinerarios y se ha invertido en uniformar los vehículos y paradas con los logos oficiales de Transcriollo. Este sistema ha tenido un costo de $3.5 millones.
Sistema Intermunicipal para el Municipio de Caguas que consta de ciclovías, trolleys y una red de aceras para facilitar el uso tanto de Transcriollo como del tren magnético. Este sistema es clave para el patrocinio ya que tiene el elemento de peatonalidad, fundamental en el diseño de la obra civil necesaria para que le gente pueda llegar a las estaciones y paradas de transporte y finalmente a sus destinos.
Primero gateamos, luego caminamos y después corremos
Una de mis preocupaciones mayores cuando veo el sistema es el sentido de comenzar pequeño para ir evolucionando. La oración que utilizó el alcalde para describir el proceso de implantación del proyecto fue el de “Primero gateamos, luego caminamos y después corremos” refiriéndose respectivamente al sistema intramunicipal, luego al Transcriollo y luego al Tren Magnético como la evolución natural del proyecto de transporte. El objetivo primordial es obviamente primero ir creando las condiciones de transporte y urbanas para que, una vez construido y listo para operar el tren magnético, exista el patrocinio (ridership) necesario para nutrir al sistema de transporte. Lógico. Pero varias interrogantes de logística urbana se presentan y que son necesarias considerar. Más cuando comparamos esta evolución con la evolución que ha tenido el Tren Urbano. Me explico.
La creación de Transcriollo como sistema de transporte regional debe ser el corazón del proyecto. Dentro de todo, la forma en como se ha estado planteando el Tren de Caguas, es otro sistema para sustentar los patrones de movilidad actual. Sustituir o aliviar el tapón de vehículos particulares mediante un sistema de transporte colectivo, lo que contradice el propósito de construir un sistema de transporte que nutra a la región. Por consiguiente, si el propósito de crear todo el proyecto de transporte es nutrir a la región de INTECO, el componente de Transcriollo debe ser el eje principal del proyecto y no el Tren Magnético. Por consiguiente, si Transcriollo es el eje del sistema, es el componente al cual se le debe asignar más dinero.
Me preocupa el hecho de que Transcriollo sea el componente del sistema en que menos se piensa invertir (en términos de dinero), sin embargo es el más complejo. La teoría aquí de que gatear, caminar y correr entonces está chueca. En el negocio de transportación colectiva no se puede comenzar pequeño lo que se quiere que evolucione a algo grande. No se puede iniciar un sistema de autobuses (independientemente que la implantación actual de utilizar a los transportistas existentes es la mejor opción) a menor escala, para luego evolucionarlo. A mí me gustaría que la misma lógica la utilizaran para los proyectos de carreteras. Que reunieran a los vecinos y demás interesados y le digan “mira, primero vamos a meter un buldozer a crear el camino, luego si la cosa va bien, le echamos gravilla, y sólo si la cosa mejora, le ponemos brea”. ¿Por qué vamos a comenzar chiquitos con los autobuses, cuando se está moviendo cielo y tierra para que aparezcan $400 millones para un Tren?
Los estudios se encargarán de sustentar las opciones que les parezca a los miembros de INTECO. Pero si hay chavos para una cosa debe haber para la otra. Y la razón por la que digo esto es porque no invertir en grande en el sistema de autobuses condenará a todo el sistema a no cumplir con sus objetivos. Si el objetivo es desarrollar un sistema que alimente o nutra al Tren de Caguas, un sistema “criollo” o a mediana escala no lo va a lograr. Derrotarán sus objetivos de inmediato.
Tomemos como experiencia el caso del Tren Urbano. A casi diez años de haber iniciado operaciones, todavía no hay un sistema de rutas que alimente el sistema como originalmente fue diseñado. Y esto no es sólo falta de visión urbana, sino también de que en el proceso de implantación del proyecto, se destinaron todos los recursos para el Tren, pero nada para los demás sistemas. Y lo que tenemos ahora es un gran monstruo de cemento que eficientemente transporta cerca de 47mil personas diarias, cuando en el 2010 debió haber estamos moviendo sobre 114mil pasajeros. Teniendo esta experiencia todavía no entiendo muy bien nuestra adoración por los trenes en Puerto Rico.
No es que esté predicando un nuevo culto a los autobuses. Solo hago un llamado a poner las cosas en justa perspectiva y de acuerdo a los objetivos regionales que es lo que importa. Cuando comparo la historia del Tren Urbano con el relato del proyecto del Tren de Caguas, en términos de la lógica urbana, me asusta más el hecho de que estemos invirtiendo en otro fantasma de cemento.
Continuemos con la lógica de crear el sistema de autobuses para nutrir el sistema del tren. Si en la región metropolitana, teniendo ya experiencia de transporte colectivo a nuestro favor, teniendo las características del tejido urbano a nuestro favor, y tenemos un tren que no llega todavía al 50% de su capacidad de movilización de pasajeros, imagínese que podría pasar en una región como la de INTECO. Una región que ahora está creciendo, que aunque ha teniendo sus pininos en desarrollo urbano, ha sido una de las que más ha comprado el modelo de desarrollo suburbanizado. El proyecto de transporte de INTECO tendría menos probabilidades de éxito que el Tren Urbano. Por consiguiente, no sólo estaríamos creado otro sistema en el cual llegamos a ninguna parte, sino también otra inversión de capital infructuosa con fondos públicos.
A veces creo que la tendencia de esmerarse por un tren, obviando la integración de un buen sistema de autobuses, tiene más de superstición que otra cosa. Ya hemos satanizado a los sistemas de autobuses, asumiendo que la ciudadanía no los quiere, cuando eso no es cierto. Otro factor de superstición es el hecho de que creemos que los trenes son la panacea de una nueva modernidad, así como en el pasado creímos que los automóviles privados serían la panacea de la modernidad. También, cuando se habla de trenes en Puerto Rico, está involucrado el factor de estar hablando de grandes sumas de inversión, lo que en el discurso político se cree que tiene un impacto en el electorado. Si el interés es desarrollar a la Región de INTECO, y ya hay $200 millones esperando una iguala del Gobierno Central, lo que sería lógico es cambiar las prioridades y desarrollar a Transcriollo. Esperando al Tren de Caguas (de cualquier tecnología), hemos dejado pasar al Transcriollo varias veces. Si un sistema de transporte va a ayudar a reorganizar a la región (en términos geográficos y de desarrollo económico), apostemos a Transcriollo, y comencemos en grande con él.
jueves, 22 de septiembre de 2011
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