sábado, 11 de diciembre de 2010

Lo que el agua se llevó

Por Joaquin Serrano


Lo hemos señalado en otras ocasiones. Nada se le esconde al agua. Los estragos que ha causado el agua en nuestro país son muestra de la mala planificación y utilización de los recursos que tenemos disponibles.



Paradójicamente una de las actividades urbanas que más se afectan por los estragos del agua es la transportación. En todos sus sentidos. No son sólo los vehículos que se ven afectados por los tapones que causan las carreteras inundadas y poco seguras. El simple y rudimentario acto de caminar se ve afectado por aceras inundadas y carros que mojas a los peatones y ciclistas. La foto que ven aquí ocurre constantemente en Hato Rey, en la Milla de Oro. Esta inundación no fue causa de cuatro horas de lluvia ininterrumpida, ni de una tormenta tropical. Fueron, literalmente 17 minutos de lluvia. La foto habla por sí sola.

El agua no tiene la culpa, no es el personaje malo de la película. Los que estamos mal somos lo que consentimos el desarrollo de una ciudad que no se vincula con los recursos naturales que posee y que fomenta el desperdicio, especialmente el agua. ¿Consecuencias de este modelo? Carreteras y estructuras que se construyen sobre causes naturales. Infraestructura de agua que desperdicia el recurso.

Lo acontecido con el camión de basura que se hundió en la carretera en la Urbanización College Park es sólo una muestra de las condiciones en que se encuentran las carreteras del país. Esto pasó en una carretera de bajo volumen, imaginen que sucederá en otras carreteras principales.

El agua seguirá recordándonos cosas, es nuestra responsabilidad aprender de esto…