Este artículo debe servir para demostrar que, aunque con múltiples dimensiones, las soluciones orientadas al transporte son viables y se pueden implantar a corto y mediano plazo. Casualmente, casi terminaba este artículo, cuando apareció una noticia en la sección de Negocios del El Nuevo Día del pasado sábado (28 de marzo de 2009) que sustenta los argumentos y soluciones que se esbozarán. Menciona este artículo que el concesionario de mantecados Maggie Moo’s ubicada en la Avenida Winston Churchill (El Señorial – San Juan) es la tienda de esta franquicia que más vende en el mundo. Muy por encima de las tiendas ubicadas en ciudades con más densidad poblacional que San Juan. Y esto no es casualidad, esto se debe a una fórmula de geografía económica que ha surgido en la mencionada avenida.
En la Avenida Winston Churchill de San Juan se ha ubicado un conglomerado de negocios y de actividad social que han sido un éxito económico. Panaderías, pizzerías, restaurantes de comida internacional, tascas criollas y pubs son la mayoría de los negocios ubicados con más notoriedad en el lugar. Entre ellos se encuentra la franquicia Maggie Moo’s. Inclusive, hasta una iglesia se encuentra en el lugar. Todo esto aglomerado alrededor de una parte de la avenida de unos 450 metros de distancia aproximadamente, y sobre todo, independiente de la actividad que genera el pequeño mall El Señorial. Especialmente en las tardes y noches que el lugar se ha convertido en un centro de gastronomía e interacción social en el área metropolitana.
Este conglomerado ha subsistido pese al grave problema de congestión y de la pobre utilización del espacio peatonal para estacionar vehículos. Ante la falta de estacionamientos la opción para llegar a los lugares es apropiarse del primer recoveco de cemento disponible. Esta situación obstaculiza la entrada y salida de otros negocios y atenta contra la integridad de los locales al exponerlos a vandalismo. Pone en peligro a los peatones ya que deben utilizar la carretera ya que la acera esta llena a capacidad de vehículos. Además es una mina para los boletos de estacionamiento que fluctúan entre los $75 y $100 dólares. Y todavía no hemos abundado en los problemas a los locales, que se resumen en utilización de espacio de esparcimiento para estacionamiento y el incurrimiento en el gasto operacional de un valet parking que esté maniobrando en la transitada avenida.
Una solución orientada a transporte y que incentivaría la actividad económica del lugar es posible si se atienden varias dimensiones en un plan. La inversión puede o no ser considerable, pero el retorno de la inversión es incalculable para la economía y para la calidad de vida. Comencemos por lo sencillo.
Necesitamos que los comerciantes del área se unan para identificar una solución que le convenga a todos y, sobre todo, en la cual todos compartan el gasto y el riesgo. Asumimos un componente de capital social para que esto ocurra. Tomemos por ejemplo un espacio como el que provee el mall El Señorial para estacionamientos. En las noches y tardes son espacios que pudieran utilizarse para ubicar los vehículos que tradicionalmente ocupan las aceras. ¿Costo? Prácticamente ninguno, hasta se podrían ahorrar personal dedicado al valet parking. El pequeño centro comercial se podría beneficiar de dos maneras. Primero, los que se estacionarían en el espacio mencionado sabrán qué tiendas están allí ubicadas, ya hasta podría hacerle alguna modificación a la fachada o a la verja para ubicar promociones de las ventas y eventos especiales del mall. También podríamos pensar que se cobrara uno a dos dólares por estacionamiento. Esto significaría de $250 a $500 dólares por noche los jueves y fines de semana. Es un precio que los clientes estarían dispuestos a pagar ya que encuentran un lugar iluminado, con vigilancia y accesible en donde estacionarse.
Hay que caminar, si hay que hacerlo. Es otra de las implicaciones que aseguro estarán identificando como una debilidad de esta propuesta. Lo cierto es que es su mayor fortaleza. Primero la distancia entre el espacio de estacionamiento propuesto y los negocios son de unos 300 a 400 metros razonables y cómodos para caminar (más cuando es en la tarde o noche). Segundo, el hecho de caminar le ofrecerá alternativas de lugares al futuro peatón. No es casualidad que los lugares de alta actividad cultural y gastronómica sean en bulevares peatonales. No es casualidad tampoco que estos lugares sean centros de negocios muy lucrativos. Puede ver ejemplos en España, Amsterdam, Nueva York… Haga la matemática, si cada persona que va a esos lugares lleva su carro, no habría lugar en un radio de 500 metros para estacionarlos. Además, haciendo la primera porción de la Ave. Winston Churchill más peatonal, habría mas espacio para clientes, ya que se podrían ubicar sillas y mesas en las afueras del negocio, rescatando espacio para la actividad humana.
La inversión que haría el Municipio de San Juan o el Departamento de Transportación y Obras Públicas en revitalizar las aceras, poniéndolas bonitas, con drenajes, iluminación y vegetación es una cantidad mínima comparado con la actividad económica que se generará en el lugar. Convertiría a la Winston Churchill en un boulevard con ventas millonarias y revitalizará una de los lugares más bonitos que tiene San Juan. Si ahora la heladería Maggie-Moo’s es la que más vende en el mundo en su franquicia, le aseguramos que esta propuesta le garantizará por muchos años su 1er lugar.
Como ven, inversión capital para solucionar el problema no es suficiente, hay que tocar otras dimensiones. Primero hay que aplicar una solución de capital social para que los comerciantes del área puedan encontrar una solución que les permita maximizar el espacio que tienen en común. Esto le daría la oportunidad de exigir una revitalización y embellecimiento del lugar dándole prioridad el peatón y ayudando al flujo vehicular interrumpido por hoyos y averías en la brea.
domingo, 5 de abril de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)